Brillante velada de piano en la Liga
En el acogedor espacio de la Liga Chileno- Alemana, donde habitualmente se ofrecen recitales, el 7 de junio se presentaron las pianistas Paulina Zamora y Karina Glasinovic, ambas de reconocido prestigio y con una sólida carrera artística, desarrollada también en el extranjero.
Hace algunos años conformaron el Dúo Mistral, destinado a dar a conocer el repertorio a cuatro manos o para dos pianos, que alternan con obras a solo, su repertorio es amplio y la convocatoria que provocan da cuenta de su excelencia musical y buen gusto en la elección de las obras que interpretan.
Ante un auditorio que llenó el recinto presentaron primeramente a cuatro manos, una de las obras tempranas de Wolfgang Amadeus Mozart, su Sonata en Re mayor, K 381, la que fuera escrita para ser interpretada con su hermana, en las presentaciones que su padre organizaba para presentarlos como niños prodigios.
Destacaremos del primer movimiento su certero estilo, tanto como fraseos e impecables articulaciones, la expresividad cantábile del segundo, con sus expresivos diálogos, así como el lúdico y virtuoso tercero, que alude a una de las melodías que Mozart pondrá más tarde en su ópera Las Bodas de Fígaro.
Un gran salto en estilo las llevó a ofrecer una exquisita llena de colores versión de Mi madre la Oca de Maurice Ravel, en la que con certera precisión, desentrañaron todas las imágenes que la obra propone. Melancolía ensoñada para La bella durmiente, o bien la progresión expresiva de Pulgarcito, que decir de la levedad evocadora de La Emperatriz de las Pagodas, o el virtuoso diálogo de La Bella y la Bestia y la expresiva y poderosa progresión de El jardín encantado, obra que arrancó gritos de aprobación de los presentes.
La segunda parte nos trajo una muy grata sorpresa: Karina Glasinovic, no solo es pianista también es compositora, con obras estrenadas en nuestro país y en EE.UU. y Europa, una de ellas es una suite dedicada a Violeta Parra, con la obtuvo un premio en Londres. Se trata de un conjunto de piezas breves que rescatan con sutileza y elegancia el lenguaje de Violeta Parra, donde lo docto y lo popular se funden en todo de enorme armonía, a la vez que muy atractivo.
Paulina Zamora interpretó seis de las doce partes, creemos que no solo lo hizo con perfección técnica, pues tuvo la virtud de ingresar en los pequeños mundos descritos por cada una de ellas, donde encontramos algunas a la manera de canción, otras de gran lirismo, alguna alusión impresionista o la gracia rítmica envuelta en gran virtuosismo. Largas ovaciones tanto para la compositora como para la pianista, para una obra que merecería mucha difusión.
Finalizaron con una brillante versión de la Sonata a cuatro manos de Francis Poulenc en la que desentrañaron todas las complejidades rítmico-melódicas. Obra repleta de contrastes dinámicos y de carácter que las estupendas interpretes resolvieron brillantemente. Las ovaciones lograron que Paulina Zamora nos entregara un perfecto a la vez que expresivo Preludio de Bach, que finalizó esta brillante y exitosa presentación del Dúo Mistral.