Profesor Bertram Buschmann fue el visionario
El Liceo Polivalente de San Nicolás es un referente de buena calidad de educación, que abre variadas oportunidades a sus alumnos – y también en alemán.
Por Catalina Garcés Rondanelli
Para muchos, la comuna San Nicolás es rural y alejada de las tecnologías. Se ubica a 22 kilómetros al norponiente de Chillán y la población residente parece tranquila. Es ahí donde se alza el Liceo Polivalente de San Nicolás, que se distingue del común de los establecimientos públicos chilenos. Cuentan con una matrícula superior a los mil 400 alumnos, que desarrollan distintas disciplinas de enseñanza. La enseñanza del idioma alemán es uno de sus puntos a favor.
Bertram Buschmann es el jefe del departamento de alemán en el establecimiento. En 2009 emprendió este desafío y se declara conforme con el trabajo realizado. Aunque en un principio tímidamente, hoy el Liceo Polivalente de San Nicolás cuenta con un sólido equipo de cuatro profesores que imparten este idioma.
Alemanes voluntarios
Se trata de Marcia Mujica, María José Rivas, Jacqueline Avilés y él, quienes se distribuyen las horas lectivas semanales que dictan a contar de quinto básico. A ellos se suman alemanes voluntarios, que cumplen en este liceo sus pasantías, al principio por seis meses, pero en la actualidad por un año.
La iniciativa de Buschmann se sustenta en los lazos que ha generado con distintas entidades. Entre ellas está el convenio PASCH, de la sigla “Colegios: Socios para el Futuro”, que le permite generar vínculos con jóvenes alemanes que contribuyan a mejorar la enseñanza y práctica del idioma entre sus alumnos. Con el apoyo del Ministerio de Relaciones Exteriores puede financiar la estadía y la alimentación de los voluntarios, que además reciben un curso de español.
Para Bertram Buschmann esto constituye un apoyo importante para los estudiantes. “Los niños tienen muchos lazos con los voluntarios, lógicamente también depende del carácter de cada uno de los jóvenes que nos visitan. Hay algunos más serios, otros más abiertos”, indica.
Llave mágica
Gracias al Proyecto Bicentenario, el Liceo Polivalente de San Nicolás implementó este programa de idiomas en 2012. Además del alemán enseñan otras lenguas como el inglés, el francés y el chino-mandarín.
Son las herramientas que han construido un modelo innovador en Ñuble, que Buschmann conoce muy bien. En Chillán existe el Colegio Alemán desde hace 37 años, sin embargo, su alto nivel de educación privada dificulta el acceso a alumnos con recursos precarios. En San Nicolás, no hay limitación.
Resalta que entre su alumnado no existen estereotipos ni clases sociales, por lo que transitan libremente en su camino al conocimiento. Lo que en un principio pudo haberse convertido en una fatal comparación, en San Nicolás es una cualidad. Sin embargo, para este profesor la mentalidad de los chilenos juega en contra del aprendizaje de los jóvenes.
La importancia de aprender idiomas
«Falta consciencia suficiente en la sociedad chilena de la importancia de aprender idiomas, todavía es un punto débil. Otro es que, por concepto, los alumnos en Chile son muy inmaduros, en comparación a los países desarrollados. Sobreprotegemos mucho a nuestros hijos, entonces no adquieren hábitos suficientes como para trabajar en grupos ni menos para aprender un idioma. Los niños no se atreven todavía a hablar lo suficiente, porque no quieren cometer errores. Eso es falta de personalidad», evalúa desde su experiencia.
A pesar de esto, el interés entre los estudiantes es alto y, una vez que egresan de cuarto medio, existe la opción de perfeccionarse en Alemania. Para ello, nuevamente Buschmann facilita los nexos con instituciones de intercambio. Además del aspecto económico, las dificultades radican en validar los documentos en extranjería.
Mediano y largo plazo
La visión de Bertram Buschmann va más allá. Gestiona incorporarse al programa Studienbrücke, recién llegado a Latinoamérica, para que los alumnos de tercero y cuarto medio reciban una especialización técnica en distintas disciplinas. Esto, a posteriori, los validará a través de un certificado para estudiar en Alemania.
Parece una idea atractiva, pero el problema del alto costo es el único obstáculo que encuentra Buschmann para su implementación. Para ello, solicita apoyo municipal de subsidio que después devuelvan los beneficiados. A ello agrega la agrupación que pretende conformar para reunir fondos.
Por lo pronto, disfruta de los grandes éxitos que palpa en las giras que realiza con alumnos destacados de segundo medio a Alemania. En agosto, doce estudiantes se trasladaron hasta Berlín. Gracias a ahorros y aportes, ha conseguido el financiamiento.