La talentosa pianista eligió a Alemania para continuar sus estudios, una vez que egresó de la Universidad de Chile. En Frankfurt participa en el dúo Aura Australis, además de su Máster en la Escuela Superior de Música y Artes Escénicas.
Por Catalina Garcés Rondanelli
Desde hace tres años que Daniela Saavedra Arroyo (30) fijó en Alemania su eje para desarrollarse como música. Oriunda de Chillán, durante su infancia se inició en la ejecución del piano junto a la profesora Elena Rodríguez. Una vez concluida su etapa escolar, decidió profesionalizar esta afición en la Facultad de Artes y Letras de la Universidad de Chile, junto a la destacada pianista – también chillaneja – Elisa Alsina. Desde esa experiencia, Daniela tiene el título de Intérprete Musical, mención Piano.
Mientras participó con la Orquesta Nacional Juvenil, hizo una gira por Europa. Con el mayor prestigio y recomendaciones, constató en terreno la calidez de esos escenarios que posteriormente le abrirían sus puertas. La calidad de escuelas y orquestas es envidiable en comparación con las de otros países, por lo que pronto se convertiría en una posibilidad sólida de estudiar gratuitamente y con facilidades laborales bien remuneradas.
Fue entonces que, aun sin tener lazos previos con la cultura germana, esta joven música se trasladó hasta Frankfurt, donde cursa un Máster en Música Docta con Piano, en la Escuela Superior de Música y Artes Escénicas de Frankfurt. «Es una experiencia que hay que tratar de vivir, porque es muy enriquecedora y puedes apreciar de una sociedad donde el músico tiene una profesión más, y una importante en su cultura. Así como varios colegas estudiaron afuera y vuelven a compartir lo que aprendieron, Chile tendrá cada vez un mejor nivel musical», explica.
La perseverancia es una de las principales características de Daniela en la continuidad que da a su formación como pianista. Se preparó con clases de alemán desde el nivel más básico para hacer la postulación a la casa de estudios y, desde entonces, su avance ha sido en un cien por ciento satisfactorio.
Integra el dúo Aura Australis junto al español Miguel Dopazo (clarinete), quien también cursa el mismo postítulo. A fines de 2017 ganaron el Concurso de Música de Cámara de la Sociedad Politécnica de Frankfurt.
Síndrome de turista
Sus primeras dificultades de adaptación cuando llegó a Alemania en 2015, radicaron en acostumbrarse al clima y a la falta de luz. Extrañaba a su familia, a sus amigos y a la geografía chilena, que ahora reconoce como un privilegio. «Gente buena conoces en todos lados, pero no deja de ser cierto que la falta de luz genera cierta seriedad y tranquilidad (o distancia), que cuando sale el sol desaparece. Eso es fuerte: cómo una ciudad puede cambiar tanto», confiesa.
Sin embargo, con el tiempo ya se ha acostumbrado a este sistema de vida. Incluso resalta el nivel artístico en que se desempeña. Si bien en Chile tenía acceso a los mejores escenarios y centros culturales, las condiciones cambian cuando el entorno se percibe desde otro prisma.
Recibe las cátedras de Angelika Merkle, con quien confiesa que ha aprendido mucho. «Mi profesora es realmente una inspiración musical muy grande. También me motivo a trabajar mucho, porque acá la gente es muy responsable y aplicada. Además, tienes todas las facilidades para eso. En la universidad puedo estudiar muchas horas al día en buenos instrumentos, cosa que en Santiago me era muy difícil. Aprendí aquí a organizarme como nunca, la agenda es muy importante y me acostumbré a trabajar y/o estudiar de lunes a domingo. Es un ritmo agotador, pero luego tengo muchas más vacaciones para recuperar energías», reconoce.
Futuro incierto
Por ahora, se concentra en los conciertos y compromisos que ha pactado hasta junio de 2019, entonces busca seguir aprendiendo. No descarta completamente volver a Chile, ahora que concluyó sus estudios con la entrega de su tesis. Sin embargo, quedarse en Alemania con el ritmo de trabajo y el entorno en que se mueve, no deja de ser una opción muy tentadora.
De este modo, la experiencia de Daniela Saavedra se suma a la de tantos otros músicos chilenos, que han elegido a Europa como su hogar y trabajo definitivo. Sin ir más lejos, su coterráneo Claudio Arrau marca la pauta en muchos de los talentos actuales.
Tal es el caso del cantante barítono Óscar Quezada, quien desarrolla una nutrida agenda de espectáculos desde München, donde pertenece a la Ópera Estatal de Bayern. Visita Chillán cada año, donde mantiene un dormitorio en la casa de su familia. Esto es producto de una serie de resultados que marcaron su hoja de ruta.